Atlantis 2024
Del 10 al 20 de julio, el albergue marista de Tui acogió una de las experiencias más esperadas por los jóvenes de 4º de ESO de MarCha Compostela: el campamento Atlantis 2024.
Un total de 41 participantes disfrutaron de esta aventura en la que el tema central fue “los colores del hermano de la vida”, un concepto que los acompañó a lo largo de toda la estancia y que les permitió profundizar en los valores que devolvieron la vida a Atlantis.
Durante los diez días que duró el campamento, los chicos y chicas se sumergieron en actividades diseñadas para fomentar el trabajo en equipo, la reflexión personal y el crecimiento emocional. Juegos al aire libre, dinámicas de grupo, talleres creativos y momentos de reflexión espiritual fueron parte fundamental de esta experiencia.
El albergue marista de Tui, rodeado de naturaleza, fue el escenario perfecto para que los jóvenes desconectaran de la rutina diaria y se conectaran con ellos mismos y con los demás. El entorno, tranquilo y acogedor, permitió que los participantes vivieran momentos inolvidables, desde emocionantes excursiones, gymkanas y veladas.
Atlantis no solo ofreció diversión, sino también un espacio de crecimiento personal y espiritual que dejó una huella imborrable en cada uno de los participantes. Los 41 jóvenes que formaron parte de esta edición regresaron a casa con nuevos aprendizajes, amistades fortalecidas y recuerdos inolvidables, consolidando una experiencia que permanecerá en sus corazones para siempre.
«Llegamos al campamento con muchas emociones e ilusión por reencontrarnos tras meses de espera, también por descubrir a nuevas personas y tener la oportunidad de conectar con cada una de ellas. Cuando llegamos a Atlantis estaba teñido de gris, lo convertimos en nuestro hogar, cada día descubríamos un nuevo color, todos ellos llenos de significado (añil, rojo, naranja, azul, verde, amarillo, morado) que despertaban en nosotros nuevas sensaciones. Nos llevamos en el corazón a todas las personas con las que hemos compartido tanto grandes como pequeños momentos que recordaremos con mucho cariño. Marcha nos aporta la seguridad necesaria para depositar nuestra confianza tanto en los grupos pequeños como en el grande, hemos aprendido la importancia de estar todos unidos como grupo, porque funcionamos mejor en equipo. Por último desplegamos el color blanco y con el aprendimos que «lo esencial es invisible a los ojos» debemos utilizar el corazón para mirar más allá y valorar las cosas por aquello que en realidad son, y no por lo que parecen. Con lágrimas en los ojos nos despedimos de este campamento, muy felices y satisfechos por lo vivido y deseando continuar compartiendo más momentos juntos.»
Mencía Borrás Estévez