¡Durante este viaje en tren con paradas en 6 estaciones, cada una con su característica de construcción personal, desde la reflexión de cómo llegamos hasta el envío, pasando por las relaciones, el dolor, el perdón y la luz, había 39 pasajeros – 30 participantes de Camino y 9 acompañantes! Todos llenos de ganas de crecer, de aprender, de contagiar energía y alegría, y siempre presentes en todo momento, desde el compartir más íntimo hasta los momentos de convivencia y de canto.
Personalmente, este campamento me llenó de emociones y risas, a través de varios juegos y actividades llenas de diversión donde pudimos estar unidos como una gran y única familia, así como momentos más serios de introspección y liberación de temas antigos. Esta liberación fue posible no sólo por las diferentes reflexiones que se hicieron en cada estación, sino sobre todo porque sentirnos rodeados de amigos, en casa y en un refugio seguro para expresarse sin miedo a ser juzgadp.
¡No hay palabras para describir el Camino de Pascua! En definitiva, fueron los cientos de abrazos compartidos, las muchas lágrimas enjugadas,los momentos vividos y todas las heridas curadas lo que hizo que este encuentro fuera tan especial. ¡Todos son recuerdos increíbles que pasan a la historia y que extrañaré!
Rodrigo Barros, MarCha Carcavelos
Los días que pasamos la Pascua Camino estuvieron marcados no sólo por las diversas actividades que realizamos y que nos trajeron momentos de alegría, sino también por el espíritu de familia que nos proporcionaron. Hubo momentos para reunirse, compartir, socializar y reflexionar. Fueron días de emoción y buen humor en los que fue posible reencontrarse.
Todas las actividades nos permitieron crecer y comprender mejor nuestro viaje en el tren, desde una pequeña reflexión sobre cómo llegamos, hasta las relaciones, el dolor, el perdón e incluso la luz que luego cada uno de nosotros lleva para el mundo. Tuvimos la oportunidad de aprender algo de cada parada realizada y de vivir una experiencia inolvidable en familia.
En el fondo, no hay palabras para describirlo, sólo momentos para vivir, lágrimas cayendo, abrazos para dar, experiencias memorables y un enorme deseo de volver.
Participantes de la etapa Camino de MarCha Lisboa