Hace algo más de un año que la vida tal y como conocíamos se detuvo por completo, MarCha como todo lo demás, quedó en el aire. Más tarde, con el inicio del curso, nos pusimos los ruedines y poco a poco pudimos dar las primeras pedaladas para seguir nuestro camino.
Creo que en esta experiencia de comunidad y servicio, gracias al trabajo y la implicación de todos, hemos sido capaces de deshacernos de esos ruedines y volver a sentir MarCha como lo que siempre ha sido para muchos de nosotros; como casa, como familia. Aunque la actividad no haya sido la de siempre creo que hablo por todos si digo que el sentimiento si lo ha sido. Y es que como hemos hablado entre nosotros MarCha es como una cápsula del tiempo en la que vuelvas cuando vuelvas todo va a seguir en su lugar.
Me vuelvo a casa con un agradecimiento inmenso a todas las personas que han hecho posible estos días y me vuelvo con el corazón mucho más sano, enriquecido y feliz de lo que vino.
¡Gracias!
Ana Martín