En Camino los adolescentes se hacen conscientes de la pertenencia a un movimiento juvenil cristiano. En esta etapa se empieza a conocer un referente para la vida: Jesús de Nazaret (“Yo soy el camino…”); porque en sus actitudes y en sus palabras se pueden encontrar pistas para ser más plenos y felices. El diario es el símbolo que ayuda a crecer en consciencia y que sirve como herramienta útil a la hora de hacer una relectura del viaje.

El acompañamiento personal se inicia en esta etapa. Las referencias, el testimonio de personas que han ido recorriendo un camino de crecimiento, los tiempos personales, el conocer otras realidades, el compartir en el grupo y el cultivo de la interioridad son elementos clave. Los encuentros de Pascua y los campamentos de verano “El Camino de Santiago” y “My Way” son las actividades provinciales de Camino.