Como Maristas de Champagnat, Hermanos, voluntarios, jóvenes y niños, nos sentamos juntos en torno a la mesa de La Valla compartiendo vida, misión y espiritualidad. Teniendo a María y Champagnat como referentes, cultivamos la sencillez, el espíritu de familia, la preocupación y cuidado de los más necesitados.

Con este estilo, caminamos juntos como familia global, unidos por un mismo actuar y sentir, manteniendo vivo el sueño de Marcelino.