Tomamos la experiencia de la propia vida como el principal recurso educativo, ya que sabemos que solo se aprende lo que se experimenta. En todo lo que proponemos, buscamos que cada persona pueda sentirse amada por Dios y vaya descubriendo lo que es Buena Noticia en su vida. Invitamos a los jóvenes a disfrutar, leer en profundidad, interpretar y compartir todo lo que van experimentando. Los animamos, así, a la búsqueda de sentido, a escuchar y acoger las grandes preguntas que tienen la fuerza de ayudar a crecer.